miércoles, 19 de febrero de 2014

Dolor en los brazos, pérdida de fuerza, falta de sensibilidad, adormecimiento de los dedos...

   Varias son las posibles causas de estas sensaciones en las extremidades superiores, algunas de ellas indudablemente causa directa de una lesión de la propia extremidad; Tendinitis, artrosis, artrosis, capsulitis, etc...
   Pero, ¿En cuantas ocasiones hemos tenido la certeza, o al menos, la sensación de que el problema proviene de otro lugar? como por ejemplo las cervicales.
   La vida moderna nos ofrece muchas ventajas, pero anatómicamente también algunas desventajas. Tanto los trabajos en cadenas de montaje, los trabajos de oficina delante de un ordenador o aquellos trabajos de precisión en los que la musculatura del cuello y dorsal alta se ve obligada a trabajar durante largos periodos de tiempo en posiciones forzadas provocan disfunciones en ciertas estructuras del cuerpo que nos pueden provocar esta sintomatología. Si a ello añadimos el estrés que invade nuestro día a día obtenemos un cóctel muy favorable para este tipo de patologías.
   Una de estas patologías más frecuentes es el "Síndrome de los escalenos", provocado por una compresión del Plexo Braquial, término que hace referencia a las ramificaciones nerviosas que se originan en la columna y se dirigen a nuestras extremidades superiores. Esta estructura nerviosa se encuentra situada entre dos músculos que nacen en las cervicales y se insertan en la primera costilla, el escaleno medio y el escaleno anterior. Todas estas tensiones acaban por provocar una tensión sobre esta musculatura la cual acaba comprimiendo el plexo braquial y finalmente provocando todos estos síntomas. En muchas ocasiones también la arteria subclavia, situada también entre ambos escalenos, sufre por culpa de esta compresión, haciendo que el aporte sanguíneo a la extremidad superior sea menor a la deseable.
   Es evidente que no por ello vamos a dejar de trabajar o vamos a dejar de seguir con nuestra vida, pero si es cierto que provoca que nuestra vida no transcurra con la normalidad que debería.
   En las imágenes podemos ver como están situadas estas estructuras en nuestro cuerpo y hasta donde pueden afectar las ramificaciones nerviosas del plexo braquial.
   Las terapias manuales de quiromasaje y osteopatia ofrecen soluciones para normalizar las estructuras musculares y óseas afectadas y devolver así a nuestro cuerpo su equilibrio natural.




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